sábado, 1 de setiembre de 2007

Sueño del futuro

Siempre que estoy acostado en mi cama recuerdo los momentos vividos durante el día, palabras o frases incompletas, sucesos que lo resaltaron, pequeños logros o decepciones, etc.
Pero hubo un tiempo en que el preámbulo anterior al sueño, conocido como vigilia, no significaba para mi un cúmulo de imágenes o frases sucedidas durante el día. En aquel tiempo concentraba mi atención en el proceso que sucede entre la vigilia y el sueño. No obstante, la costumbre de soñar –antes de dormir- y desviarme del propósito de mi concentración complicaba estos esfuerzos.

Sucedió en una de esas noches; aquellas imágenes vinieron hasta mi luego de entrar al mundo astral, yo inconscientemente participé de lo que comúnmente se denomina sueño.

“Aparezco en un barco de transportes de pasajeros de finales del siglo pasado y me veía tal como en esos años, un joven trigueño de baja estatura y aproximadamente 23 años.

Yo estaba dentro de aquella habitación cuando sentí un temor inexplicable, refugiándome bajo la cama que encontré allí. Fue entonces que vi aquella figura luminosamente blanca, era un caballero con aire supremo; su cuerpo enteramente cubierto por una capa que caía desde sus hombreras hasta sus pies no permitía ver ni su cuerpo, brazos, piernas o pies, traía puesto un casco guerrero tipo romano (yelmo) del que resaltaba una punta de lanza en la parte alta del mismo. A pesar de tener el rostro descubierto, no era posible apreciar sus facciones por el brillo que emanaba de si mismo.

Portentosa figura, distinguido caballero, luminoso Ser; inexplicablemente pronunció una palabra: sígueme. Empesóse a elevar por la escalera que había tras él. Animado por aquella palabra que retumbó al momento de ser pronunciada, salí de mi refugio y dirigiéndome hacia las escaleras, subí tan rápido como me fue posible y sin embargo perdí de vista a aquel Supremo Ser.

Al llegar al último nivel, grande fue mi sorpresa cuando encontré muchas personas, entre hombres y mujeres, quienes iban y venían agitadamente. Observé que el mar que nos rodeaba estaba borrascoso, sin embargo el cielo se pintaba con tonos anaranjados y amarillentos, me recordó mucho al estilo surrealista que muchos artistas siguieron en las primeras décadas del siglo XX.

Me condujeron a una habitación, la única zona con techo en aquel nivel. Estábamos yo y otras personas más adentro, probablemente éramos 5. Inmediatamente comenzaron a tapiar la entrada con adobes y cuando estaban casi cerrándolo todo, una mujer, del grupo de que estaba afuera, se sacó un arete y me lo dio en la mano. Confundido quedé cuando vi que ese arete era una muñeca rusa, que yo en ese momento interpreté como una virgen de tamaño muy pequeño.”

El mundo astral es extraño y poco comprendido hasta por quienes intentan descubrir sus infinitos secretos. Allí encontramos personas de ayer, hoy y siempre, nuestro pasado, presente y futuro. Después de 7 años descubrí que esa visita nocturna al mundo astral, era un presagio de lo que ha venido a sucederme con el transcurso del tiempo.

1 comentario:

Secretos dijo...

Qué fue éso que te sucedió en aquel momento?